miércoles, 27 de mayo de 2015

Recorriendo Entrelíneas.


Yo no soy un escritor de una lectura metódica, de una carrera de Letras. Mi idea de lo que hago es que se trata de un oficio, yo ejerzo un oficio como un carpintero o un zapatero. Lo que yo sé o no sé es difícil de medir, son los libros que leí, eso no lo puedo poner en un currículum, o cómo asimilé eso que leí. Puedo hablar de mi pasión, de la que me llevó a los dieciocho años a entrevistar a Borges en su casa. (por Franco Vaccarini)

A mí me gustan los libros que me sorprenden, que me llevan para otros lados. Cuando uno lee siempre el mismo estilo, se aburre. Me gusta escuchar la voz personal de cada escritor. No me gustan los libros tan estructurados con principio, nudo y desenlace. (por Ángeles Durini)

Yo tengo una historia más bien política y una historia más bien ecológica. Y son esas dos las que me rondan y termino haciendo. Siempre son esas. No sé si algún día habrá otra. Todas las que me llaman la atención y termino escribiendo son esas dos. (por Márgara Averbach)

A veces tengo la idea en la cabeza, pero a veces no. No sé ni lo que va a pasar. Así como el lector va descubriendo la historia renglón a renglón y página a página mientras la lee, yo la voy descubriendo renglón a renglón, palabra por palabra. Después, en algún momento, se me hace la luz. Es maravilloso que exista la inspiración y que a uno le venga la idea y lo tenga todo en la cabeza. (por Liliana Cinetto)


La verdad es que no me doy mucha cuenta si, cuando escribo, veo al mismo tiempo las imágenes. Supongo que en ese momento habrá imágenes dando vueltas por mí cabeza. Sí sé que cuando escribo diálogos o texto teatral veo a los personajes moviéndose, me resulta algo corporal, como si yo lo estuviera actuando. (por Didi Grau)

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