viernes, 14 de agosto de 2015

Czeslaw Milosz

Poeta, novelista, ensayista y traductor polaco, Czeslaw Milosz fue uno de los más grandes escritores polacos del Siglo XX y Premio Nobel de Literatura.
La obra literaria de Czeslaw Milosz se extiende al ámbito del ensayo y la novela, pero es sobre todo la poesía el género en el que destaca su genio y con el que ejerce una influencia mayor en la literatura polaca, al tiempo que expresa para el mundo su vivencia del duro y contradictorio período que le ha tocado vivir.
Su poesía, como toda su obra literaria, es la de un escritor que es testigo de su tiempo, y esto le convierte en un paradigma de una época, de alguien situado al margen de conmociones y aventuras, que no tiene, por tanto, avatar ninguno que contar acerca de su propia vida, sino que expresa precisamente, sin aspavientos, la existencia del hombre característico del siglo XX, el ser anónimo de las grandes ciudades, carente de heroicidad, que sobrevive, produce, se reproduce y en todo ello encuentra suficiente razón para la existencia, integrando religión y ser social, patriotismo y esperanzada confianza en el ser humano.

Canción sobre el fin del mundo


Durante el día en que acaba el mundo
Una abeja ronda un geranio,
Un pescador repara una red que brilla tenuemente.
Felices marsopas saltan en el mar,
Jóvenes gorriones están jugando sobre la canaleta
Y la serpiente tiene la piel de oro como siempre debería ser.

Durante el día en que acaba el mundo
Las mujeres caminan por los campos bajo sus sombrillas,
Un borracho se adormece a la orilla del césped,
Los verduleros gritan en la calle
Y un bote de vela amarilla se acerca a la isla,
La voz de un violín persiste en el aire
Y guía dentro de una estrellada noche.


Y aquellos que esperaban relámpagos y truenos
Se han decepcionado.
Y aquellos que esperaban señales y trompetas de arcángeles
No creen que esté sucediendo ahora.
Mientras el sol y la luna estén arriba,
Mientras el abejorro visite una rosa,
Mientras rosados niños nazcan
Nadie cree que esté sucediendo ahora.

Sólo un anciano canoso, que podría ser profeta
Pero que no es profeta, porque está demasiado ocupado,
Repite mientras lía sus tomates:
Ya no habrá otro fin del mundo,
Ya no habrá otro fin del mundo.

Fuente: http://www.biografiasyvidas.com

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